El retorno del Cristo en Mateo

En Mateo, el retorno del Cristo es descrito como un evento que lo único que tiene de secreto es el momento en que ocurrirá, pero cuando ocurra, será muy llamativo. Mateo 24.27 dice que el retorno del Cristo será visto como el resplandor un relámpago (desde el oriente hasta el occidente); en el v.30 de ese mismo capítulo dice que lo verán viniendo sobre las nubes; y en Mateo 25.6 dice que cuando el Cristo venga, anunciarán a gritos: ¡Aquí viene, salgan a recibirlo! Esto en nada se parece a lo descrito en la serie Dejados atrás, escrita por Tim LaHaye, en la cual al Cristo nadie lo verá cuando regrese.

Yo simpatizo más con la versión de Mateo porque concuerda con un sueño que tuve hace más de 50 años.

Cuando yo tenía como ocho años de edad, soñé que yo seguía viviendo en el mismo residencial y que era un adulto mayor de 60 años que estaba solo, acostado en una camilla en la sala de un apartamento en un tercer piso. La puerta para salir al balcón estaba abierta, y de repente, una multitud de ángeles con túnicas blancas comenzó a pasar volado frente al balcón. Eran tantos, que el edificio de enfrente ni se veía. Cuando comencé a levantarme de la camilla, me desperté.

Para mí ese sueño es muy especial, porque cuando lo soñé, yo vivía en un primer piso; y ahora, que tengo más de 60 años de edad, vivo solo en un apartamento en un tercer piso en el mismo residencial público en el cual vivía cuando era niño. Tal como lo soñé.

Si cuando niño soñé que cuando yo tuviera más de 60 años de edad viviría solo en un apartamento en un tercer piso en el mismo residencial, y ahora es realidad, hace que ese sueño no sea un sueño cualquiera, sino un sueño profético. Y si ese sueño profético concuerda con la descripción del retorno del Cristo que aparece en Mateo, ¿significará que veré cuando el Cristo venga?

Foto del lugar donde ví en el sueño que yo estaba acostado en una camilla.
Foto de la puerta del balcón. En el sueño los ángeles volaban de derecha (oriente) a izquierda (occidente), y eran tantos que eso que se ve afuera del balcón no se veía.

Simbología de Jesús

Al enseñar conceptos abstractos como el amor, Jesús solía usar símbolos gráficos en vez de dar explicaciones abstractas. Tal vez lo hacía así porque los símbolos son más consisos y fáciles de recordar que las explicaciones abstractas, pero eso no los hace más fáciles de entender. Tanto es así, que todavía hoy las interpretaciones que dan a sus símbolos son irrevelantes, ambiguas, incompletas o ningunas. Tal vez por esto yo nunca he encontrado una interpretación de algunos símbolos utilizados por Jesús que me satisfaga.


Fue esa situación la que me llevó a la tarea de descubrir yo mismo el significado de algunos de los símbolos que aparecen en el libro Mateo. En esa búsqueda encontré que las claves para descubrir el significado de esos símbolos están en ese mismo libro.


Los símbolos son: sal, luz, construir sobre roca, construir sobre arena, lámparas con aceite, lámparas sin aceite, las ovejas, los cabritos, los pequeñitos y los frutos.


Sal
La sal representa el amor que se demuestra al poner por obra la palabra de Dios, al hacer buenas obras. Somos sal cuando conocemos la palabra de Dios, pero sólo salamos cuando la ponemos por obra, cuando hacemos buenas obras. Cuando cumplimos los mandamientos de Dios, amamos a Dios y al prójimo. Cuando conocemos la palabra de Dios, pero no la practicamos, somos una sal que no sala.


Luz
La luz también representa el amor. En Mateo 5.14-20 habla de luz, buenas obras y justicia como sinónimos. O sea, que nuestro amor se hace visible como la luz cuando hacemos buenas obras. Conocer la palabra de Dios y no hacer lo que ella dice, es como poner la luz debajo de una vasija opaca. Mientras que hacer lo que ella dice, es como poner la luz en un candelero. Debajo de la vasija opaca no alumbra; en el candelero sí.


Construir sobre roca
Mateo 7.24-27 dice que la persona que oye las palabras de Jesús y las pone por obra es semejante a alguien prudente que construye su casa sobre roca. Tal persona sabe el bien que tiene que hacer, y lo hace. De nuevo, quien ama es quien obedece la palabra de Dios.


Construir sobre arena
Mateo 7.24-27 dice que quien oye la palabra de Dios y no la pone por obra es semejante a alguien insensato que construye su casa sobre arena. O sea, quien oye la palabra, pero no la pone por obra, sabe el bien que hay que hacer, y no lo hace; tiene conocimientos de ética, pero no ama.


Lámparas con aceite
En el relato de las vírgenes en Mateo 25.1-13 tener lámpara simboliza tener conocimiento de la palabra de Dios; y tenerla con aceite significa ejecutar la palabra. La lámpara es símbolo de la palabra (Salmo 119.105). El aceite es símbolo del amor, el cual se demuestra obedeciendo la palabra de Dios, lo que redunda en hacer buenas obras. Las vírgenes que tienen aceite en sus lámparas son íntegras. Ellas saben el bien que tienen que hacer, y lo hacen; conocen la voluntad de Dios, y la ejecutan.


Lámparas sin aceite
Esto simboliza tener conocimientos de ética sin tener amor; conocer la palabra de Dios sin ejecutarla. En el relato de las vírgenes en el capítulo 25 de Mateo, las vírgenes que no tienen aceite en sus lámparas representan a personas que conocen la palabra de Dios, pero no la ponen por obra; tienen conocimientos de ética, pero no aman (ni a Dios ni al prójimo); son como los escribas y los fariseos: hipócritas. Las vírgenes con lámparas sin aceite representan a los cristianos que no irán a las bodas del cordero, o sea, a los cristianos que no se salvarán de ser condenados.


Las ovejas
Éstas representan a los no cristianos que se salvan de ser condenados en el juicio por haber tratado bien a los cristianos íntegros. Muchos creen que las ovejas de las que habla el relato del juicio a las naciones en el capítulo 25 de Mateo se refiere a los cristianos íntegros, porque estos se salvan de ser condenados, y en la soteriología de Pablo sólo se salvan los cristianos; no se han dado cuenta de que en la soteriología de Mateo no es así.


Los cabritos
Estos representan a personas no cristianas que serán condenadas en el juicio a las naciones porque no trataron bien a los cristianos fieles.


Los pequeñitos
Estos sí representan a los cristianos salvos, pues así los llama Jesús en Mateo 10.41-42. Note que en el juicio estos no son juzgados, los juzgados son las ovejas y los cabritos.


Fruto
Es el producto de la palabra de Dios sembrada como una semilla en el corazón de las personas; es el cambio en la actitud y la conducta de las personas, que convierte personas malas en personas buenas. Es la evidencia de arrepentimiento; de que la persona ha pasado de ser impía a ser piadosa, y de ser egoísta a ser altruista. Es la evidencia de que uno realmente ama a Dios y al prójimo. Las vírgenes íntegras, las ovejas y los pequeñitos dieron fruto; las vírgenes hipócritas y los cabritos, no.


Conclusión
Todos esos símbolos representan lo mismo: conocer la voluntad de Dios a través de su palabra y ejecutarla; conocecer la voluntad de Dios y no ejecutarla; amar y no amar. Las ovejas representan el hacer la voluntad de Dios sin conocerla; y los cabritos representan el no conocer ni hacer la voluntad de Dios. Todos ellos, y las claves para descifrarlos, los encontré en el libro Mateo.

La crucifixión en Mateo

El relato de la crucifixión en Mateo difiere del mismo relato en Lucas y en Juan, y las diferencias no son meras versiones que dicen lo mismo usando otras palabras; dicen lo contrario.

En Mateo, cuando Jesús estaba en la cruz, ni los otros que fueron crucificados con él, ni su familia, ni sus discipulos fueron solidarios con él. Los otros dos crucificados se mofaron de él; y su familia y sus discípulos brillaron por su ausencia.

Mateo, ni relata que uno de los otros dos crucificados reconoció su propia culpabilidad y la inocencia de Jesús, ni que Jesús le prometiera estar con él en el paraíso —como hace Lucas–. Tampoco relata que Juan (uno de los doce discípulos) y María (la madre de Jesús) estaban tan cerca de Jesús, cuando él estaba en la cruz, como para que Jesús hablara con ellos y les pidiera que se adoptaran mutuamente como madre e hijo —como relata Juan—.

En Mateo, los otros dos crucificados junto con Jesús no reconocieron que merecían tal castigo y que Jesús no lo merecía. Tampoco reconocieron a Jesús como el Mesías. Y a ninguno de ellos Jesús le prometió que estaría con él en el paraíso. En Mateo, Jesús es crucificado entre dos malhechores para mostrar que fue tratado como un malhechor más.

En cuanto a María y sus otros hijos e hijas, la última vez que aparecen en escena en Mateo, es en el capítulo 12. Cuando llega la escena de la crucifixión, ya todos ellos han desaparecido, igual que José (el esposo de María). El autor de Mateo, a diferencia del autor de Juan, no se jacta de haber sido el único de los discípulos que estuvo con María bien cerca de Jesús cuando éste estaba en la cruz, ni de que Jesús le confió a su madre para que la cuidara, para los lectores le tengan mejor estima que a los autores de los otros evangelios.